jueves, 7 de octubre de 2010

REFLEXIONES DE UN CURA SENTIMENTAL

Ayer miércoles, día  6 de este mes de octubre que andamos gastando, fue un día de mucho ajetreo en nuestra parroquia pues desde las tres y media de la tarde ya había gente esperando a la puerta para recibir la ayuda de Cáritas. El reparto es a las cinco y media. Además de esto empezaban, ya en serio, las catequesis de los niños de tercero que será todos  los miércoles a partir de las cinco. Por otro lado al coincidir con el primer miércoles de mes tocaba  hora de oración ante el Santísimo de seis a siete.
 Mucho ajetreo atendiendo a unos y a otros porque nada viene sólo y siempre hay algo o alguien a quien escuchar o solucionar algún problema.
Total que llegaron las seis de la tarde y después de exponer el Santísimo me quedé en la oración ante Jesús en la Eucaristía  y -aquí es donde viene lo que quiero compartir hoy con ustedes- desde mi sitio ante Jesús oía  por un lado, a las catequistas  instruir a los niños en la fe; por otro a las personas que salían con la  ayuda, comentando y hablando; en la plaza los que  jugaban al fútbol y el grupo de los que hacíamos oración. De repente y ante Jesús : SENTÍ LA IGLESIA EN CARNE VIVA, que anuncia, ora y comparte lo que tiene desde su realidad y pobreza. A pesar de los sudores y el cansancio, experimenté paz y consuelo y la certeza de saber que se anuncia el Reino, como Él nos dijo. Pedí al Señor: "bendícenos, ayúdanos y camina con nosotros, para poder seguir haciendo lo que en estos momentos se está llevando a cabo en nuestra parroquia".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muchas veces, en medio del "ruido" donde contemplamos la acción de Dios en medio nuestro. Gracias, Pepe, por esta reflexión.