miércoles, 6 de octubre de 2010

DEVUÉLVEME EL ROSARIO DE MI MADRE

Acabo de sentarme en mi mesa de trabajo y casi por inercia he puesto la radio para que me acompañe en  mi  labor al tiempo que me pongo al día con lo que ocurre en el mundo. Hete aquí que suena en las ondas el Rezo del Rosario y, como una cosa trae a la otra, me he dado cuenta que el próximo viernes, día siete, es la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y me he decido a poner algo sobre ello.
Para empezar decir que el rezo del Rosario fue una devoción muy extendida  la cual debemos a Santo Domingo de Guzmán y sus religiosos Dominicos. La advocación de nuestra Señora del Rosario se propaga así por todo el mundo católico convirtiéndose en algo muy popular. Fue hasta no hace mucho tiempo la oración diaria de las familias y en las iglesias, en donde todas las tarde se oraba con él.
Con los cambios habidos, y quizá por un afán  de renovación mal entendido, esta devoción, pensando que  pertenecía a lo trasnochado, sin sentido, viejo y caduco, se le dio de lado. No tiene sentido repetir  y repetir una misma plegaria, se decía. ¿A que lleva todo esto? Es alienante, no conduce a ningún compromiso social, etc, etc... es lo que se propagaba y... se le dio de lado. Aún así, no dejó ni deja de haber cristianos que siguieron y siguen con esta forma de orar desafiando las embestidas y calificativos de las que eran y son  objeto.
Sin embargo, se observa, promovido por no sé qué razones, que muchas personas lo llevan en el coche, se lo cuelgan al cuello como collar, otras lo llevan en el bolsillo, se venden como rosquillas en tiendas de objetos religiosos, y los hay de todos los colores y materiales; la mayoría de las veces  no se reza -no me atrevo a generalizar-, porque no se sabe o porque se ha convertido e una especie de fetiche mágico para proteger de no sé que cosas y males.
Concluyo exponiendo mi pensar y diciendo que el rezo del Rosario es una oración tan digna como cualquiera otra, que no hay que avergonzarse de decir que se reza, que yo mismo lo he rezado y lo sigo rezando y que por eso ni me siento trasnochado, ni carca, ni nada que se le parezca y que sería necesario enseñar como se reza y cual es su dinámica porque es una oración que se puede hacer a cualquier hora y realizando cualquier ocupación.... ¡Ah!, no llevo rosario colgado ni en mi coche ni al cuello, si en la cartera.

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