sábado, 4 de septiembre de 2010

LAS CONDICIONES DE JESÚS

" El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío." 
De esta forma tan tajante termina el texto del Evangelio de San Lucas que en este fin de semana se nos ofrece  para la reflexión. Claro que esta frase tiene su  historia, pues está al final del texto.
Jesús observa que mucha gente le sigue. Él se apresura a poner las cosas bien claras pues sabe de sobra que unos le siguen por lo que le oyen decir; otros porque esperan seguir viendo signos de milagro y, otros, simplemente, porque les da de comer o no tienen nada que hacer.
Él habla de vivir el estilo de vida de los hijos de Dios; habla de imitarle en el vivir, de aprender con Él y desde Él el Reino de Dios y anunciar el año de Gracia. Y eso es otro cantar  pues exige una entrega total y una aceptación sin condiciones de las consecuencias que ello puede acarrear.
Por eso invita a la reflexión antes de dar el paso no sea que queriendo estar en ello, no lo vivamos plenamente y sea peor el remedio que la enfermedad, no sólo para el individuo, sino para aquellos que, buscando la Palabra de Dios, puedan sentirse desfraudados, por el que dice anunciarla y vivirla.
Creo que es una seria  llamada a la responsabilidad para los que andamos en esta tarea, para los que hemos dicho sí al proyecto de vivir en plenitud, como anunciadores del Reino, la llamada de Jesús. La única riqueza y seguridad  para los que le siguen, para los que quieren ser sus discípulos, debe estar en Jesús.

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