sábado, 8 de mayo de 2010

LA FALTA DE ARGUMENTOS SUPLE LOS INSULTOS


He encontrado en el blog de sor Lucia Caram lo que sigue. Me ha parecido interesante y por eso lo transcribo.

Me llama profundamente la atención que cada vez que escribo o hablo de un tema, por ejemplo de espiritualidad, en este blog, reina la calma y la paz en los comentarios. Pero basta que haga un comentario personal relacionado con la opción por la justícia y la paz, por un asunto eclesial, o por una persona que tenga algo que ver con la política, para que los sabuesos salten y se acuerden de que soy monja y mujer y se dediquen a insultar, descalificar, humillar y faltarme el respeto.

Muchos me dicen que me dedique a orar o me mandan a la cocina, porque les molesta que hable…. ¿no saben que la oración y el silencio son los espacios más fecundos, donde se respira la libertad del Espíritu y uno ve y actúa con su fuerza? Los que no oran y temen al Espíritu, lo ahogan en sus esquemas trasnochados y se cierran a la novedad del Evangelio. Claro que no lo saben, si no deben haber orado en la vida.

Hoy, pensando en la polémica del velo y en la situación de la mujer en el Islam de lo que tanto se está hablando en estos días, pienso que muchos de estos tales miembros de las jaurías intolerantes que van de martillo de herejes por los blog, estarían encantados de la vida de tener a las mujeres sometidas, y obrarían exactamente igual que lo que se critica. Estarían felices si las mujeres no pensaran y si no tuvieran derecho a contradecir sus posturas absolutas. Serían felices si ellas solo estuvieran para satisfacer su voracidad y autocomplacencia y si las tuvieran literalmente esclavizadas.

A esos tales que persisten en obrar desde la descalificación y la falta de respeto, y que se obstinan en visitar de forma depredadora el blog, les dejo claro que seguiré eliminando sus atropellos, porque entre otras cosas en mi espacio “mando yo”. Y si bien es cierto, hay lugar para el diálogo y la discrepancia, para la pluralidad, no lo hay para la violencia, los fundamentalismos y la falta de respeto. Y como no puedo vetar las visitas, al menos me tomo la libertad de eliminar determinados comentarios en aras de la “cordialidad” de este espacio; a favor del respeto y del mutuo enriquecimiento.

No voy a permitir que predicadores frustrados utilicen el blog como su púlpito para envenenar el ambiente con soflamas irrelevantes, antievangélicas y destructoras. No voy a permitir que a falta de parroquia propia invadan la ajena.

El que tenga oídos para oír, que oiga y que escuche; que coja vela… Y si ésta le ilumina y le permite ver un poco más, que reconozca las sombras de la mala conciencia que le mueve a obrar destilando amargura y resentimiento y que “cambie de actitud”, solo entonces, será –o serán- bienvenidos.

Y como siempre, un saludo cordial, y en comunión de oraciones y de vida

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