lunes, 10 de mayo de 2010

¿ HASTA DONDE DEBEMOS SER PERMISIVOS ?

Publicamos esta colaboración de Doña María Sánchez que acabamos de recibir y por supuesto que tambien está sujeta a comentarios.

En primer lugar quiero decirle querido lector que soy una persona transigente y respetuosa con mis semejantes, tampoco me considero racista, aunque usted pueda pensar lo contrario, después de leer este artículo.

Foto:  blogrtve.es
Foto: rtve.es
Dña. María Sánchez. Colaboradora  de guiahistoricoculturaldetelde.com
Dña. María Sánchez
Por Dña. María Sánchez: Pero, lo que no me agrada en absoluto, es comprobar como mi vecino llega de su casa a la mía para imponer sus normas. Hago éste símil, para decir que algo como esto es lo que va a ocurrir en nuestro país, de seguir siendo tan permisivos con los inmigrantes que llegan a España.
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FOTO: vicentvercher
Tal vez no diga nada nuevo de lo que se ha dicho ya en el tan traído y llevado tema del velo islámico o la hiyab. Todos sabemos lo mucho y largo que se ha hablado de la niña islámica. (Najwa Malha) que pretende acudir con su velo al colegio. Un colegio donde está totalmente prohibido llevar la cabeza cubierta ni siquiera con una gorra.
En mi opinión, muy particular, ha llegado a un punto en que más parece una pataleta de niña caprichosa que una necesidad religiosa, ya que si no está obligada por nadie, como se dice, ¿Por qué se arriesga a perder un curso por seguir en sus trece?

Ella, sin embargo, se aferra a llevar la hiyab aún en contra de las normas del colegio. Para ello alega que es un signo religioso de su país, que no se ve obligada por su padre ¿? Permítanme que lo dude. No es nada nuevo saber que en la cultura islámica, musulmana y árabe se hace única y exclusivamente lo que dice el hombre.

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Foto: guerrasionista
Puedo aceptar que sea cierto que la niña lo lleve libremente, también puedo comprender que sus compañeras, en solidaridad con ella, se hallan cubierto sus cabezas con un velo. Estas niñas ignoran que con su actitud pueden estar sentando un precedente que poco, a poco haga que sus normas imperen sobre las nuestras.

A ellas les preguntaría ¿Creen que en los países que he citado, pueden ustedes pasear por las calles con el mini short cortito, que tanto les gusta? ¿Bañarse en bikini o sin él como lo hacen aquí?

¿Piensan a caso que pueden salir de marcha y llegar a casa a la mañana del día siguiente? Una vez que nos encontremos en sus países tenemos que amoldarnos a sus normas, leyes y costumbres culturales pues harán siempre cumplir lo que tienen enraizado desde tiempos remotos.

Son varios los países europeos en los que se ha quitado cualquier signo de tipo religioso para dejar, según sus gobernantes, mayor libertad a los jóvenes a la hora de elegir sus creencias. En España, por ser un país laico, se está sopesando seguir con estas mismas directrices. No es de extrañar que tarde o temprano seamos testigos de ver como el crucifijo, símbolo incuestionable de nuestra fe católica, es retirado de colegios y centros públicos.

En contraposición tenemos el caso de ésta niña, caso que ha levantado polémica en todos los ámbitos sociales, desde el político al corrillo de la calle. Se ha llegado incluso a clasificar de feministas a los grupos de mujeres, que como yo, se oponen a que se le permita llevar la hiyab en público.

Puesto que una imagen vale más que mil palabras, vean las que, relacionadas con el tema, adjunto en éste artículo.

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Foto: blogrtve.es
Dos de ellas son muy relevantes y hablan por sí solas. Miren a la señora que pasea por la playa y la de la niña pequeña. Luego hagan sus propias conclusiones.

De seguir siendo tan permisivos, como digo al principio, nos veremos relegados a desistir de nuestras costumbres. Comeremos cordero y no cerdo, las mujeres iremos cubiertas desde la cabeza a los pies y todo ello para que unas personas que vienen de otros países se encuentren a gusto llevando aquí las tradiciones que traen con ellos.

A veces pienso que con los años estoy empezando a ser algo terca y que va a ser verdad lo que dice Bertrand Russell.

AL CONTRARIO DEL ESQUEMA HABITUAL, ME HE HECHO GRADUALMENTE MÁS REBELDE A MEDIDA QUE HE ENVEJECIDO.

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