EL PATRÓN DEL CLERO ESPAÑOL

 "Mi nombre, Avila; mi posada, la tierra; el Cielo, mi patria; mi oficio, ser cosechero de Cristo; hasta la extrema vejez manejé incansable la hoz, amontonando la mies en los celestes graneros.»
  San Juan de Avila

Casa donde vivió San Juan y murió.

El próximo día diez de este mes de Mayo celebramos los sacerdote a San Juan de Avila que es nuestro patrón y con ello nos llega la invitación de imitar sus virtudes y esfuerzo. Destaco como virtud la obediencia, pues queriendo ser misionero en América obedece al arzobispo de Sevilla, Alonso Manrique, el cual le  pide que se quede en Andalucía misionando y que no viaje a América. Nuestro santo le obedece y a partir  de ahí da comienzo a una gran labor de misionero que le llevó por las sierras de Córdoba, Granada, sur de La Mancha y Extremadura, hasta el extremo de que es conocido como el "Apóstol de Andalucía".
Nació nuestro santo un seis de enero de 1500 en Almodovar del Campo ( Ciudad Real) y fallece en Montilla (Córdoba) el 10 de Mayo de 1569 y desde 1946 ejerce el patronazgo del clero español .Pablo VI le canonizó en 1970.
La Iglesia donde se conservan sus restos, en Montilla, ha sido declarada  basílica y  en estos momentos está a punto de ser nombrado Doctor de la Iglesia pues, además de predicar,  nuestro santo se dedicaba a escribir: ( "Tratado sobre el sacerdocio", "Espistolario espiritual", " Colección de cartas ascéticas", entre otros).

Retrato del santo 

Mantuvo relación  con casi todos los grandes santos de la época: San Ignacio de Loyola a quien ayudó a fundar la Compañía, San Pedro de Alcántara, reformador franciscano, San Juan de Dios, por entonces Juan Ciudad y fundador de los Hermanos Hospitalarios, San Juan de Ribera, San Francisco de Borja, por entonces Duque de Gandía y con Fray Luis de Granada que fue su primer biógrafo. Organizó la universidad de Baeza en Jaén y falleció, como ya hemos dicho mas arriba, en Montilla ,Córdoba, donde está enterrado.
 Este es nuestro patrón en el ministerio y para la vida y ahí están sus virtudes y su trabajo que nos han de servir como acicate a la hora de llevar a cabo la misión de anunciar el Evangelio y de poner todas nuestras cualidades al servicio de la Iglesia.
Un deseo: que el celebrar su patronazgo nos sirva para preguntarnos que estamos haciendo y donde estamos ahora mismo como sacerdotes del Señor.
Feliz día.