jueves, 2 de diciembre de 2010

HERMOSA OCASION DE SER TESTIGOS

Como el que no quiere la cosa han ido pasando los días y  hemos entrado en el último mes del año: Diciembre. Mes de encuentros, fiestas, comidas con familia o amigos, regalos;  hemos de poner el Belén, el Árbol de Navidad, las luces; pensar en los Reyes Magos, quizá viajar para estar con los nuestros; llamadas telefónicas, felicitaciones, tantas y tantas cosas que hemos de tener presentes porque es un mes en donde  tenemos la ocasión de decirles a los otros que nos importan.
También es una buena ocasión  para saber si  Jesús es importante para nosotros, qué lugar está ocupando en nuestra vida, si vivimos acorde con su palabra o no. Necesario es que entremos dentro de nosotros, que  miremos con valentía nuestro interior, ver que hay ahí, porque, de repente, estamos celebrando la fiesta del nacimiento de una persona que no nos dice nada o a la que en todo el año no le hacemos ni caso y, ahora como toca, celebramos su nacimiento.
Como en tantas otras ocasiones, para los que creemos, es una hermosa ocasión de ser testigos de este acontecimiento viviéndolo en su justa medida, alegrándonos y compartiendo lo que tenemos  y somos con los mas necesitados, como hizo Aquel cuyo nacimiento celebramos. Con los tiempos que corren  no podemos dejarnos arrastrar por la corriente olvidando que lo que celebramos es el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

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