viernes, 3 de diciembre de 2010

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

NO ES SUFICIENTE.

Es lo que les dice el Bautista a los que vienen buscando el bautismo, porque presienten que algo puede pasar, o que está pasando. No es suficiente que se hagan gestos externos de conversión, que se diga que se cree y espera en el Señor -que de siempre hemos sido creyentes : hijos de Abrham-, si no hay una conversión sincera, desde dentro. Juan presintiendo que esto no se daba les critica por utilizar al Señor para quedar bien ante los demás; les llama  "raza de víboras" . Se condenarán. Hay un llamada fuerte a la sinceridad de vida, a  la conversión del corazón. Hay que cambiar.
Sucede que muchas veces en esto del cambio nos perdemos, porque no sabemos hacia donde caminar, que hemos de renovar en nuestra vida, dónde y desde dónde hemos de realizar el cambio y, ante esto, andamos como que no sabemos qué hacer, perdidos.
Se hace necesario parar, dar un buen frenazo en nuestra vida. Dejarmos interrogar por lo que nos rodea, buscar con sinceridad desde una actitud humilde y de oración; el Señor nos irá mostrando el camino que hemos de allanar y por el que debemos andar.
No es suficiente que encendamos  la corona de Adviento, cantemos "ven Señor, no tardes", hagamos inclusive limosna para Cáritas. Hemos de preguntarnos por nuestro corazón: dónde está y a quién queremos servir de verdad. Y entonces brotará nuestra luz como en noche oscura.
¡Felíz Domingo!

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