jueves, 26 de agosto de 2010

EN EL TAJO

Hoy he tenido  un funeral en la parroquia por el familiar muy querido de unos amigos y después de la celebración comentábamos lo de siempre:  la vida, la muerte, la enfermedad, las preocupaciones, los  niños cómo se han hecho hombres y los nietos que van llegando. Nos hacíamos preguntas mutuas:  si seguíamos con la huerta y lo que plantábamos y cómo nos ilusionábamos con ello.
Total que llegamos a la conclusión, para no cansarles, de que  la vida es una hermosa aventura que hay que vivir cada día y a la que hay que ir incorporando cosas, nada debe quedar a un lado u olvidado porque todo forma parte de ella, es decir, de nosotros, porque todo ello  supone riqueza , ilusión, proyectos, ganas de vivir .
Una vez despedidos los amigos, en la puerta de  la Iglesia yo me volvía para la sacristía dándole vueltas al asunto y hablando conmigo mismo, no era consciente de que el Jefe pudiera estar oyéndome, y me decia -le decia-: Cuando me toque a mí que sea en el tajo, en la brecha, no quiero verme sentado esperando que llegue, quiero que me llames desde ahí, porque quiero sentirme vivo y con ganas de hacer cosas hasta el último  momento. De repente caí en la cuenta de que hablaba solo. Me imaginé a Dios acariciándose la barba mientras sonreía. Ni idea de lo que estaría pensando.

1 comentario:

Mirelur dijo...

Mi querido Pepe, soy Lourdes; ya veo que la vida empuja en tu interior. En lo referente a si Dios te estaba escuchando, por supuesto.Dios escucha a la primera, telo digo por esperiencia.Seguro que le gustó tu idea. Tienes mucho por hacer aquí todavia y allá arriba, seguro que tambien te ponen a trabajar. Un abrazo.