Sí, hoy once de Agosto se celebra la fiesta de Santa Clara de Asis. Esta mujer nació en la Edad Media, en sus albores y, entusiasmada por el Señor primero y por la palabra de Francisco -su paisano- después, llega hasta nuestro siglo veintiuno como modelo para los jóvenes, pues siendo ella joven, muy joven, diez y ocho años, y habiendo descubierto la llamada del Señor se entregó a Él con rotundidad y de forma total, dejando a un lado riqueza y un futuro prometedor, para vivir en la pobreza absoluta en su conventito de San Damián.
Hay un proceso interesante en su vida y en relación con Francisco y los franciscanos, pues primero fue discípula del "Poverello" y con el paso del tiempo se va convirtiendo en compañera necesaria en la vida espiritual de Francisco y los primeros hermanos que el Señor le dio, sosteniéndoles con la oración y la escucha de las cuitas que éstos vivían, para terminar siendo el referente de los franciscanos cuando Francisco ya está muy enfermo y se encuentra sin fuerza para seguir gobernando la Orden y sobre todo después de la muerte de éste.
Así que hoy celebramos la fiesta de una santa luchadora; fuerte y tierna a la vez. Francisco la gustaba llamar "mi plantita de San Damián". Pues bien, esa plantita nunca defraudó al Señor ni a Francisco. Ella fue testigo y complice en el "Cántico de las criaturas", pues fue escrito en San Damián mientras era cuidado y se reponia Francisco de su enfermedad en los ojos. Ella fue testigo de sus llagas pues las curó y vendó en más de una ocasión. Ella fue testigo privilegiada de sus alegrías y de sus penas, de sus arrobos y sus sequedades y de su amor al Creador. Ella, en fín, fué hija, hermana y madre de la orden fraciscana.
En la foto una vista del Claustro del convento de San Damián en Asís, donde Clara pasó toda su vida y donde germinó el amor a lo franciscano.
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