sábado, 7 de agosto de 2010

SEÑORES,CRIADOS Y LADRONES

El texto del Evangelio de este Domingo es de San Lucas, capítulo 12, 32-48, y en él Jesús habla a los discípulos intentado hacerles caer en la cuenta de que lo del Reino de Dios es algo que no podemos dejar para más ver, sino que hay que tomarlo en serio, pues, dice, es como cuando uno está sirviendo a un señor  que anda de viaje y no sabemos cuándo va a venir; o como cuando uno sale de casa y sospecha de que alguien puede entrar en ella y hacer un desfalco. Hay que prever lo que pueda pasar; hay que estar al tanto y alerta con lo que sucede a nuestro alrededor porque nos podemos llevar sorpresas desagradables; hay que estar preparados y saber en lo que estamos.
"Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas; vosotros estad como..."  (un toque de advertencia, una llamada a la fidelidad), y luego una bienaventuranza: "Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela.". Total que Jesús no se andaba por las ramas y sabía lo que podría pasar y por eso habla de esta manera a los discípulos. Se trata de ser diligentes si no queremos quedarnos sin nada, porque aunque hemos sido llamados, si  perdemos el horizonte y la razón de la llamada que se nos ha hecho y a la que hemos respondido  afirmativamente, podemos vernos sin nada, con las manos vacías por mucho que hayamos hecho o queramos hacer. No se trata de que el Señor nos quite su favor, se trata de que nosotros sepamos valorar, en el tiempo de la espera, la suerte de estar al servicio de un Señor que reconoce la labor de los suyos y al que no le faltan prendas a la hora de reconocerlo: "Os aseguro que se ceñirá, los hara sentar a la mesa y les irá sirviendo"
Pues nada, que este tiempo de vacaciones nos sirva para ayudarnos a entender lo que Jesús nos dice y  seguir haciendo camino en la certeza de saber que Él no nos dejará sin lo que necesitemos cada día.
¡Feliz Día del Señor!

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