"Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas; vosotros estad como..." (un toque de advertencia, una llamada a la fidelidad), y luego una bienaventuranza: "Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela.". Total que Jesús no se andaba por las ramas y sabía lo que podría pasar y por eso habla de esta manera a los discípulos. Se trata de ser diligentes si no queremos quedarnos sin nada, porque aunque hemos sido llamados, si perdemos el horizonte y la razón de la llamada que se nos ha hecho y a la que hemos respondido afirmativamente, podemos vernos sin nada, con las manos vacías por mucho que hayamos hecho o queramos hacer. No se trata de que el Señor nos quite su favor, se trata de que nosotros sepamos valorar, en el tiempo de la espera, la suerte de estar al servicio de un Señor que reconoce la labor de los suyos y al que no le faltan prendas a la hora de reconocerlo: "Os aseguro que se ceñirá, los hara sentar a la mesa y les irá sirviendo". Pues nada, que este tiempo de vacaciones nos sirva para ayudarnos a entender lo que Jesús nos dice y seguir haciendo camino en la certeza de saber que Él no nos dejará sin lo que necesitemos cada día.
¡Feliz Día del Señor!
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