domingo, 5 de febrero de 2012

TOMADO DEL PERIODICO " LA GACETA"


    El director y el actor empezaron el proyecto hace más de dos años. / Jesús Maqueda
    Adam Woronowicz y Rafal Wieczynski, actor y director
     
     
     
    "Hacer la película parecía imposible, pero contábamos con la ayuda de Popieluszko"
  • 05 FEB 2012 | B. Ester Casas.
    La cinta sobre el cura polaco, estrenada hace una semana, sorprende al público español. Combatió al régimen comunista con homilías llenas de paz y esperanza.
  • El director y el protagonista de Popieluszko: la libertad está en nosotros pasaron por Madrid para hablar de esta inolvidable película polaca que ha tocado el corazón de todo un país. Con una mezcla de esperanza y agotamiento en el rostro, ambos abordan esta promoción infatigable por España con la misma vitalidad con que emprendieron hace dos años el proyecto de su película. Juntos hablaron con LA GACETA de aquel humilde sacerdote polaco que combatió el régimen comunista con una única arma: sus homilías llenas de esperanza.
    -¿Qué recuerdan del día que asesinaron al padre Jerzy Popieluszko?
    -Adam Woronowicz (AW): Principalmente la tristeza de todo el mundo, porque pensábamos que con su asesinato acababa con la esperanza en la libertad que él había puesto en nuestros corazones. Sin embargo, fue el principio... El Régimen quería silenciar su muerte, sin embargo, las multitudes se dirigían al Instituto Forense a ver qué pasaba. Recuerdo el coche fúnebre pasando cerca de mi casa y a mi madre y todos mis vecinos rezando el rosario mientras pasaba por delante de mi casa. Esa fue la primera y única vez que tuve una relación directa con el padre Jerzy, el día que murió.
    Rafal Wieczynski (RW): Yo tenía 16 años cuando el padre Jerzy fue asesinado. Era boy-scout y fui voluntario en su entierro para ir pasando hacia el altar las flores que iba llevando la gente para su tumba. Fue una clase de patriotismo y valentía y desde ese día tengo la sensación que Popieluszko me ha acompañado toda la vida. Por eso me decidí a escribir el guión, sin duda.

    -¿Por qué cree que no se había hecho todavía en Polonia una película sobre Popieluszko cuando es para ustedes no sólo un mártir y un beato, sino un héroe nacional?
    -RW: Pues porque creo que nadie se atrevía... Sólo una persona joven y alocada se podía poner con ello, porque los directores polacos reconocidos son coetáneos a Popieluszko. Estaban involucrados en ese momento de la historia... Ha tenido que pasar una generación para poder abordarlo sin caer en panfletismos políticos.

    -La película ha sido todo un éxito en Polonia...
    -RW: Para muchos era imposible, pero nosotros contamos con algo especial: la fuerza del padre Popieluszko.

    -¿Como actor le costó mucho meterse en la piel de este personaje?
    -AW: Como actor fue un reto, por supuesto. Pero lo que siempre tuve claro es que no se trataba de disfrazarme de sacerdote y de presentarme como el líder carismático de Solidaridad. Entendí mi personaje desde la humildad más absoluta. El importante de la película es él, no yo.

    -¿Qué fue lo más difícil de la película?
    -AW: Rodar la última misa que ofició el padre Popieluszko... Primero, porque había allí haciendo de extras numerosas personas que estuvieron realmente en la misa del padre Jerzy y, segundo, porque el párroco de la iglesia donde estábamos rodando me dio las vestiduras con las que el propio padre Jerzy celebró su última Eucaristía. Teníamos un sacerdote que nos asesoraba en temas litúrgicos. Y cuando me ponía las vestiduras de Popieluszko recé con él la oración que dicen los sacerdotes antes de celebrar misa. Aquel momento cambió totalmente para mí el concepto que hasta entonces tenía de lo que es la vocación sacerdotal, y es que el sacerdocio es santo.

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