Hoy, miercoles de ceniza, iniciamos la cuaresma. Un año mas somos invitados a la reflexión desde el ayuno la oración y la limosna. Un año mas, ante la perspectiva de la gran fiesta de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo que se avecina, nos preparamos con ilusión y con ganas ante la espectativa de saber que el Señor nos susurrará al corazón, nos recordará que somos hijos suyos y nos sorprenderá con su amor.
Es tiempo de Gracia que no hemos de echar en saco roto, nos dice San Pablo. Es tiempo de conversión nos dice el profeta Joel. Es tiempo de volver a retomar el camino, si lo hemos perdido o de seguir haciéndolo si permanecemos en el y todo ello con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo que no nos abandona, que no nos deja de la mano. A lo largo de cada domingo oiremos su palabra y seremos invitados a la gran novedad de Dios. No hagamos oídos sordos, no despreciemos su palabra, aprovechemos el tiempo para ahondar en su misericordia y en nuestra vida. Hagamos de la Gracia de Dios una gran prebenda y aprovechemosla. No caigamos en la tentación de la desgana o el tedio, pensando que siempre es lo mismo, porque Dios sigue estando dispuesto a sorprendernos en cualquier esquina de nuestra vida, pero es necesario que nosotros nos pongamos a tiro, como diría un cazador.
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