sábado, 10 de septiembre de 2011

LA PALA BRA DEL DOMINGO

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO.
CICLO A.

HACER LO MISMO QUE EL MAESTRO.
 
Este domingo ante la duda y el no saber qué hacer le plantean a Jesús una pregunta a la cual responde con clarida. Primero anuncia y para que se les quede claro, la parábola. Una  parábola muy bien traída y que al final, como todas, lleva su moraleja.
La cuestión que le plantean a Jesús sigue siendo hoy tan actual como la que mas. Es el tema del Perdón. Y la respuesta no se hace esperar: hay que perdonar todas las veces que haga falta.
JESÚS  ACEPTA A JUDAS EN SU MESA AÚN SABIENDO LO QUE TRAMA
Si queremos que Padre Dios nos perdone hemos de hacer nosotros lo mismo con los demás. No hay mas vuelta de hoja ni vale aquello de "perdono pero no olvido" u otros latiguillos por el estilo que se suelen usar para quedar bien y seguir manteniendo la cosita que te aleja del otro y que, si te descuidas, puede llegar un momento en que  te complique la vida.
Además, el Maestro, Jesús, no solo habló de boca para fuera, sino que cuando llego el momento, perdonó y lo hizo público. Pienso que en una situación de tal calibre, acordarse de perdonar a los que le han hecho tanto daño es porque ya lo venía haciendo hace rato.
Así que a quitarnos de la cabecita eso de "perdono  pero no olvido" y a perdonar de verdad, con el corazón porque , miren, no vale vuelta de hoja ni adobos, aquí, en este tema, al pan, pan y al vino, vino. Además que perdonando de corazón, manifestamos el valor que tiene para nosotros la palabra y la vida de Nuestro Señor Jesucristo.

Feliz día del Señor 


1 comentario:

victor2772 dijo...

Perdonar es un acto de amor que vuelve a nosotros. Amar no es esperar que el exterior te de cariño es amando tú como se actualiza el amor que llevas dentro. Muchas veces queremos recibir más que dar. Jesús nos dice que es dando perdón como recibimos perdón. Amando es como como recibes amor, que es lo que todo buscamos y si es de Dios el amor infinitamente mejor. Debemos ver en todo lo que vemos la huella de Dios, más aún en nuestro hermanos. Perdonar es amar a Dios, a sus criaturas.Saludos.