sábado, 5 de mayo de 2012

DOMINGO V DE PASCUA.CICLO B.

 PERMANECER EN EL SEÑOR.
La semana pasada el texto del Evangelio de San Juan nos ofrecía la  imagen de Jesús como el Buen Pastor, en este otro domingo es la de la viña. Jesús se nos presenta como la verdadera vid.
Esto a los discípulos, a quienes les habla, les debía traer resonancias del pasado, de algo ya escuchado -el Canto a la Viña que encontramos en Isaías-  Además era  una imagen muy popular ya que el pueblo de la alianza se la aplicaba, se consideraba la viña que el Señor plantó y que hizo vigorosa, leemos uno de los salmos. Por tanto, nos encontramos con algo que nos les resultaba ajeno ni extraño, era una de las formas que tenían de expresar su  génesis en la historia  y la acción de Dios que les engendró. Manifestaban así la pertenencia al Señor. 
Jesús la usa en varias ocasiones y en este caso que nos ocupa, se manifiesta e identifica como esa vid. Nueva vid a la que se ha de estar unido si se quiere dar fruto y de la que nacerá una viña nueva: El es la nueva cepa del pueblo nuevo y el Padre es el labrador.
Da así renovado sentido al canto de Isaías al tiempo que actualiza en el corazón de los que le escuchan la raigambre de ser nuevo pueblo de Dios: nueva vid, nuevo pueblo, nueva alianza. Nuevos hijos  podados e injertados en la  definitiva y nueva cepa que el Señor se encargará de regar y podar con cariño para que permaneciendo en El de  nuevos, abundantes y sabrosos frutos. 
Encontramos expresiones en este texto que nos deben llevar a la reflexión, por ejemplo : " permaneced en mí" que es empleada siete veces. Otra es, " dar fruto " . Pero hay algo junto con ellas que es clave y es la acción de la palabra, de su palabra  - sabia nueva-  que  es la  que posibilita la permanencia  y el vigor.  Permanencia llamada a ser fructífera precisamente por medio de esa su Palabra. En definitiva, creo que Jesús les invita y nos invita, nos lleva, a que se realice en nosotros LA COMUNIÓN CON EL PADRE COMO EL MISMO LA VIVE,  estar unidos al Padre de forma que esa es su gloria. Lo mismo que Jesús da  gloria al Padre conociéndose Hijo, así nosotros  hemos de dar gloria al Padre permaneciendo en el Hijo, dejándonos renovar por su palabra, dando fruto, porque "sin mi no podéis hacer nada" y desde esa  identificación, ese estar unidos a Jesús, brotará la oración que va a ser su misma oración: " pediréis lo que deseéis y se realizará". 
Concluyendo, El es la cepa nueva, a El hemos de estar unidos por su palabra que nos renueva y da vigor. Si queremos dar  fruto hemos de permanecer en esa  unión con El y alimentarnos de su palabra. En esta comunión la oración ha de ser el sostén y ya no va a ser otra mas que el deseo de que se cumpla la voluntad del Padre en nosotros y esa, esa es su gloria.
Feliz día del Señor.

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