LA PALABRA DEL DOMINGO

OCHO DE ENERO:  FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR. CICLO B.

DESPUES DE CONTEMPLAR, AHORA TOCA  ACTUAR.
Terminamos con esta fiesta  el ciclo de la epifanía del Señor y se abre el de su mesianismo, pues el bautismo no es ni mas ni menos que la investidura mesiánica de Jesús que luego el en la sinagoga de su pueblo va aceptar cuando le dan el rollo del profeta Isaías diciendo aquella frase que tanto escandalizó a los suyos. " Hoy se cumple esta escritura".

 Su ponerse en  la fila junto con los pecadores nos señala que la solidaridad será siempre una constante en su vida: solidario con los que han venido antes y con los que vendrán después. Su deseo de cumplir la voluntad del Padre, la presencia del Espíritu que le acompañará a lo largo de toda la misión y la conciencia profunda de ser hijo enraizada en : "  Tu eres mi Hijo amado, mi predilecto" son, además, otras características que no podemos olvidar pues determinarán ¡y de que forma!, su estancia entre nosotros.  Desde ahí es desde donde se va a mover Jesús y desde ahí donde encontrará la fuerza y el animo para  cumplir la misión que se le encomienda y que no es otra mas que la que anunciaron los profetas  y que El, haciendo suya, llevará a cumplimiento, porque esa es la voluntad del Padre.
Cabe una segunda reflexión y sería sobre nosotros mismo, también bautizados, que estamos llamados a  ser profetas y anunciadores de este Hijo Amado. Poseemos la presencia del Espíritu. Somos hijos de Dios ( Hijos en el Hijo, pues el Único Hijo de Dios es Jesús por el que participamos de la filiación divina, desde su generosidad) La Palabra  y la gracia alcanzada por su entrega nos conducen por caminos de hermandad y solidaridad. Y solo falta que nuestra voluntad se acomode a la voluntad  de aquel que,  con tal de que nosotros  andemos en vida nueva, está dispuesto a dárnoslo todo aunque a nosotros, en muchas ocasiones, nos parezca que nos ha  olvidado.
Es una hermosa ocasión para renovar nuestro compromiso bautismal.
Feliz día del Señor