Hace ya varios domingos que venimos encontrándonos con Jesús en el Evangelio de San Mateo. También venimos diciendo que hay una línea que conduce todos los textos: Jesús anuncia el Reino de Dios (conversión); dice en que consiste ( bienaventuranzas); habla de la actitud con la que hemos de vivirlo ( como la sal, como la luz) y lo lleva a la vida de cada día, "se les ha dicho", "habéis oído", "yo os digo".Son expresiones con las que quiere dar relevancia a la enseñanza que transmite. Hoy nos volvemos a encontrar con lo mismo: "Sabéis que está mandado", "habéis oído que se dijo" , " Yo, en cambio, os digo".
Poco a poco el Maestro va revelando la novedad que debe suponer el Reino de Dios en los que le escuchan. En el fondo de todo, el gesto profético, el plus que debe acompañar la vida de los que lo anuncian. No se trata de cumplir por cumplir, se trata de hacer notar, desde la entrega, que algo nuevo es posible; de descubrir que podemos hacer un mundo mejor; de no conformarnos con lo que tenemos porque creemos y a veces estamos hasta convencidos de que no podemos hacer nada. Pero, siempre hay un pero, lo hemos de construir entre todos con nuestra entrega desinteresada, con nuestro tender la mano y es ahí donde está el tema que a nosotros nos toca. Esa es la utopíaSer cristianos, seguidores de Cristo, lo mismo que en los tiempos primeros no fue nada fácil, tampoco lo es hoy, pero tampoco es imposible. Se trata, creo yo, de no desesperar, ni abandonar en el empeño. Además, sabemos que El está con nosotros y que pondrá lo que falta a la obra que realicemos en su nombre.
El Reino de Dios es cosa de Dios y nuestra.
Feliz día del Señor
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