sábado, 8 de octubre de 2011

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO .CICLO A.


HA LLEGADO LA INVITACIÓN A LA BODA                                                                                 Hoy somo invitados a una boda, nada mas  y nada menos que la boda del hijo del amo. Boda que se ha preparado con gran despliegue de  posibilidades para que ninguno de los que asistan  puedan  quejarse de la falta de nada. Boda donde correrá el vino, no faltará la alegría y, por supuesto que no, los manjares selectos. Pero, siempre hay un pero,  no podemos acudir a ella de cualquier manera, hemos de poner de nuestra parte y lo que se nos exige es una vestimenta apropiada para el evento y es normal , porque no nos vamos a presentar en la sala del banquete con la ropa de andar por casa o la que usamos  para ir al trabajo, hay que ir según el acontecimiento lo requiere y así sentarnos a la mesa de los comensales sin  dar la nota por nuestra forma descuidada de vestir o por nuestras manos sucias o ademanes  impropios.
¿Vamos a acudir? porque  si no lo hacemos, el amo, que no es amigo de  dar marcha atrás en sus decisiones, menos lo hará en esta ocasión, porque  es que se trata de la boda de su hijo, mandará a los criados a buscar comensales por donde sea, hasta debajo de las piedras, con tal de que el banquete no desluzca y se lleve a cabo y la gente se alegre con acontecimiento tan intimo y familiarEso sí, se mantendrá en pié lo de la vestimenta apropiada.
Y puesto que se nos invita, creo yo que, por lo menos con  ese esfuerzo, hemos de colaborar y así  mostramos nuestro agradecimiento al amo por tenernos en cuenta  a la hora de celebrar tal evento en su familia. Yo creo que merece la pena ¿ A ustedes que les parece ?.

Feliz día del Señor

1 comentario:

victor2772 dijo...

Tenemos suerte de estar invitados a la boda de Hijo del Amo. Debemos corresponderle con un vestido adecuado para la ocasión. Debemos revestirnos de humildad y limpios de pecados. Himildad y Gracia que no tuvieron los que fueron primeros en ser invitados. Invitemos nosotros tambien a la boda a los que nos encontremos en los cruces de la vida que si no aceptan ir, ellos se lo pierden.Lo bueno es que el Señor renueva sus bodas todos los dias en la Misa, anticipo de la boda Celestial entre Jesucristo y su Iglesia. Esto es lo que me dice el evangelio a mí. Esta es mi opinión. Saludos Pepe.