SU PALABRA FUÉ SIEMPRE LA MISMA
No tardaron mucho tiempo en cambiar de opinión los que en la entrada a Jerusalén le aclamaron como el enviado del que hablaron los profetas, " el Hijo de David". No tardaron mucho tiempo, no, y es que somos así. Hoy decimos blanco y mañana negro y no pasa nada. Menos mal que Padre Dios ya sabe de nuestra condición. Cuando algo o alguien nos interesa nos volcamos en ella, pero al menor atisbo de que ese algo o alguien no va a cumplir nuestras espectativas damos la espalda y nos quedamos tan frescos. Con mucha frecuencia, quizá mas de la que nos imaginamos, actuamos por puro interés y tenemos esa actitud.¿ Qué pasaría si Padre Dios hiciera lo mismo con nosotros? !Menudo chasco nos llevaríamos ¡
Pienso que lo que celebramos hoy nos debe llevar a pensar cual es nuestra actitud con respecto a Dios y si hay firmeza en ella, pase lo que pase.
En los tiempos que vivimos estamos llamados a ser testigo, pero no sólo cuando las cosas nos puedan ir mas o menos bien, sino en todo momento y sobre todo, cuando nos van mal por lo que sea, pues es ahí donde se acrisola la fe y el testimonio adquiere mas, digamos, relevancia. De entre las muchas cosas que escucharemos en esta semana sobre Jesús, una de ellas va a ser la firmeza con la que se mantiene en el testimonio y en la Palabra dicha y vivida, no sólo cuando le aclaman en su entrada a Jerusalén, sino también ante los que le interrogan o le condenan. ¿ Dónde estaba su secreto para permanecer y mantenerse firme en el testimonio ? Creo que en la oración que le fortalecía diariamente en la confianza de que el Padre, pasara lo que pasara, no le abandonaría. Mira que lo pasó mal ya en la Última Cena y luego pasando por Getsemaní hasta llegar al Calvario.
!Buen Jesús haz que yo encuentre en la oración esa fortaleza que tu tenías para dar también mi testimonio, cada día, sin ocultar la cara ni echarme atrás¡
Feliz domingo de Ramos.
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