jueves, 24 de marzo de 2011

"PONER A HUEVO" por MARÍA SÁNCHEZ

      Esta frase parece haberse puesto de moda en los últimos años, o así lo siente esta que les escribe. Que recuerde, en mi niñez, no se escuchaban expresiones como ésta y mucho menos la más que célebre del ministro Trillo “manda huevos” Hoy es tan normal como respirar escuchar, la una y la otra, lo mismo a un joven que a un niño de corta edad, ya que la frase es sólo eso una frase sin más.
 Ocurre con cierta frecuencia que  las palabras se tergiversan y le damos un sentido que nada tiene que ver con lo que pasa por nuestra mente. Bien por desconocimiento del significado, bien por escucharla y repetirla desde mucho tiempo atrás, se suelen catalogar como simples dichos, refranes  o incluso como un taco.
  Si la frase, que hoy traigo a esta sección la hubiera pronunciado en mi niñez, la santa de mi madre me habría dado una sota manta que automáticamente me la borraba del pensamiento.
  Cuando hace muchos años, llegó a mis manos, el medio de conocer el significado de tantas frases que, durante años pronuncié y escuché a los mayores, no dude en guardarlo como oro en paño. Muchas de estas frases las oí expresar precedidas del consabido “como dice el refrán”.
  En alguna ocasión ya explique la diferencia  entre el refrán y la frase. El primero es un dicho popular y sentencioso. La segunda, parte muchas veces de hechos acaecidos a una persona, o ha sido pronunciada por un personaje famoso.
  Salgamos de dudas sabiendo  porque decimos. PONER A HUEVO. Esta coloquial frase se aplica cuando hay algo a lo que es fácil acceder por tener un precio asequible a cualquier bolsillo. Comenzó  utilizándose para designar lo especialmente barato. Antiguamente, los huevos tenían un precio tan bajo que se utilizaban para comparar. Lo caro estaba siempre a precio de oro y las gangas, a precio de huevo.
 

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