sábado, 5 de marzo de 2011

MARILYN MONROE Y SUS ANDARES. POR MARÍA SÁNCHEZ

      Quizá con esta historia que les cuento, rompa una parte de ese mito, que durante tantos años, fue Marilyn Monroe. Según se ha investigado, esta sensual mujer admirada y deseada por muchos, más por su físico que por su talento artístico TENÍA UNA PIERNA MÁS CORTA QUE LA  OTRA.
Lo que le daba esos andares de junco movido por el viento. Recuerden que era de  esas mujeres que cuando pasan por la calle hacen que los ojos de los hombres poco menos que se salgan  de las orbitas.
De igual modo que en Marilyn se admiraba sólo su belleza externa sin importar sus dotes interpretativas que, dicho sea de paso y corroborado por los entendidos, no era de las mejores, así ocurre con las personas que nos rodean.
Nos fijamos primero en el aspecto físico, la ropa que viste, su manera de hablar. Si no posee las cualidades de belleza,  que por defecto, guardamos en nuestra mente como el ser perfecto, automáticamente se le pone el sello de “no conviene”, no conviene que nos vean por la calle con una persona que no es guapa, no conviene por que no viste de marca, no conviene por que no habla con finura, utilizando palabras que ni siquiera entiende quien las pronuncia.
¡Que error tan grande se comete al actuar de esta manera! No ser capaces de ver más allá de nuestras “narices”. Hacer cierto el refrán de que la cara es el espejo del alma, nos hace perder la oportunidad de conocer a gente honrada, honesta, gente que, tarde o temprano puede llegar a ser un gran amigo o amiga.
Siempre he pensado que la belleza exterior es efímera, se pierde con el paso del tiempo,  y es la interior, esa que no vemos a primera vista, la que perdura eternamente.
  Por conseguir esa belleza efímera han caído muchos jóvenes en la bulimia o en la anorexia. Se ha discutido si parte de culpa de este, excesivo culto al cuerpo, la tienen los medios de comunicación o por el contrario son  los modistos los culpables,  haciendo la ropa para cuerpos “Nancy”.
  No piensan que las personas, que como yo, pasan de los 50 kilos y más, no voy a decir hasta donde llega el más, necesitamos tallas grandes, sí, pero con ropa que no sea de aquellas que usaban nuestras abuelas.

1 comentario:

Abel dijo...

Hola, el sábado 10 de Septiembre de 2011 voy a presentar un examen para la especialidad y me voy a encomendar a Santa Clara de Asís!