viernes, 20 de abril de 2012

TERCER DOMINGO DE PASCUA. CICLO B. 2012

HOY, IGUAL QUE AYER, ENVIADOS.
Entramos de llenos con este fin de semana en el Tercer Domingo de Pascua. El texto del Evangelio en esta ocasión es de San Lucas que viene a relatarnos la manifestación de Jesús Resucitado a los Discípulos el primer día de la semana. Es la misma  que nos relató Juan la semana pasada pero con matices  distintos, aunque , como digo, en lo fundamental están coincidiendo.

 San Lucas nos relata este acontecimiento después de lo que sucedió a los de Emaús que han vuelto Jerusalén a contar lo que les había pasado. Se    redondea el relato con la manifestación de Jesús a todos. Ellos siguen teniendo miedo y asustándose. Jesús les enseña las manos y el costado, come con ellos y se llenan de gozo por esta presencia que  no tiene otra finalidad mas que la de  hacerles entender que las Escrituras se han cumplido y que ahora les toca a ellos, con la fuerza del Espíritu Santo, continuar la tarea  que El  había empezado.   A destacar en el texto, el final, en donde aquel anuncio de la pasión que Jesús había hecho por tres veces, y que  a ellos tanto les escandalizó y que cuando se produjo hizo que se escondieran por miedo, es lo que va a  ser ahora predicado. 
Ahora en nombre de este Mesías, que pasó por tal trance,  va ser predicada la  conversión y el perdón de los pecados que  El mismo donó gratuitamente en la cruz . "Vosotros sois testigos de esto" , les dice. 
Ser testigos, de eso se trata, pero habiendo experimentado lo que se testifica y de quien se da testimonio. 
Es lo que ellos hicieron y lo que nosotros hoy estamos llamados ha hacer. La iglesia, nosotros, no podemos tener otro señor mas que Jesús Muerto y Resucitado. Eso fué lo que se nos anunció y es lo que hemos de anunciar.

"Y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos".

Feliz día del Señor.

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