sábado, 7 de abril de 2012

SÁBADO SANTO, 7 DE ABRIL 2012

 EN SILENCIO Y A LA ESPERA
Hoy es Sábado Santo, el día del silencio, el día de la espera, el día en que la cruz, en lo alto del monte, queda clavada como bandera, aún húmeda, por la sangre del Cordero que en ella su vida nos dió.
Hoy es día de silencio, marcado por el miedo, la incertidumbre y un rescoldo de esperanza que alienta en el corazón de aquellos que en su palabra creyeron y que se niegan a que la muerte tenga la ultima palabra en la tragedia que ayer aconteciera.
Hay que aprender a esperar que Dios actúe y realice su obra completa.
El sepulcro, custodiado por  si roban el cuerpo  de aquel que un día dijo que al tercer día resucitaría rompiendo cadenas de  muerte y liberando del dolor la tierra entera.
Hoy es un día para la oración, mas que nunca confiada, humilde y sincera, la del corazón mordido por la desesperanza y la quimera. El mirar desolado, solo, sentido, lloroso, recordando e invocando, pariendo en las sombras una nueva primavera.
Acude, acude cuanto antes a la cita con el sepulcro, María de Magdala ( Iglesia), no te retrases, ve en busca del que su cuerpo nos diera. Acude a por la noticia, prepara ungüentos y perfumes de oración  y piedad sincera, que El ya dejo dicho antes de morir: " el que busca encuentra". Regálanos, desde la confianza enamorada, la gran noticia: ha despertado el que es la vida y que encerraba la tierra.
La Iglesia, toda la Iglesia, esperanzada, espera, pero antes ha de pasar por el silencio y la incertidumbre que serán vencidos en el alba del día primero, de la semana primera
Hoy es Sábado Santo, día de interiorización, de silencio y de recordar aquellas palabras que el Mestro, cuando estaba entre nosotros, un día nos regaló: La muerte no es el final, Yo soy la vida  eterna.

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