UNO DE NOVIEMBRE. FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

 UNA FIESTA PARA TODOS
 Abandonamos hoy este mes de agosto sin pena ni gloria, bueno, no, con mas pena que gloria por todo lo que ha ido aconteciendo y seguirá, claro , porque esto no hay quien lo pare. 
No adentramos en noviembre y lo iniciamos con la Fiesta de todos los Santos a la que seguirá la conmemoracion de los Fieles Difuntos y a partir de ahí tomamos carrera para prepararnos para la elecciones que serán el día veinte de este mes. ¿ Mes que nos traerá pena y gloria? o ¿gloria y pena?   Esperaremos a ver qué es lo que pasa.  Por de pronto,  hablemos de la gloria de los hijos de Dios. 
Así que vamos a  entrar, sin darle mas vueltas, al tema: La Fiesta de todos los Santos. ¿ Qué es lo que se celebra en realidad en esta fiesta? ¿ Los santos que están es los altares o, siendo un poco mas generosos, estos y los otros que no los están pero que ya han concluido su vida entre nosotros?  Pues si pensamos así  hay que  renovar esas ideas porque lo que en realidad se celebra es la fiesta de todos los que hemos sido santificados por la presencia del Dios Trinitario en el Bautismo: No solo los que ya están en el cielo reconocidos como tales, no solo los que ya están en el cielo y no los veneramos en los altares. Todos ellos y también nosotros y los que vengan y esto es muy importante. 

Porque no se desplaza la fiesta hacia el futuro sino que la traemos al presente, a nuestro presente y así  gozando ya con el ser Hijos de Dios somos espabilados, al tiempo que se  debe actualizar en nosotros la conciencia de que hemos de hacer nuestro camino de santidad,  tanto propio como comunitario.
Por ese sacramento somos ya santos, otra cosa es que andemos por caminos de santidad. Todo lo que toca la presencia de Dios lo vuelve santo y así se denomina a los bautizados en los textos del nuevo testamento.
Somos santos porque Dios habita en nosotros por medio del Bautismo. Otra cosa es que andemos en ello.
 A la Iglesia de los santos de... , dirá el libro  del Apocalipsis y se refiere a las personas que la componen en ese momento.
Esta es la  gran fiesta de los bautizados, es nuestra fiesta. Es la fiesta de la gran Asamblea de los Hijos de Dios. Es una llamada ha hacer el camino que en nosotros un día se inicio y que tiene un final: la visión  del  que es todo santidad y que ya nos ha contagiado, aceptando nuestro deseo de ser suyos  por el sacramento del agua, el oleo y la luz, y que  es renovado con tanta frecuencia y celebrado en la Eucaristía con  amor.