
Nosotros esperamos la resurrección de la carne, no sabemos como será, pero sí sabemos que va a ser por lo que se nos ha dicho en la revelación y desde la lógica de un Dios Creador y dador de vida, como confesamos en nuestro Credo. Es la gran esperanza que anida en la frase que citábamos mas arriba.
Conmemorar a los difuntos es una forma de agradecimiento y una muestra de amor por la misma vida que se resiste a no ser tenida en cuenta. La muerte aparece como esa puerta necesaria que nos posibilita el arribo a una nueva y definitiva existencia.
Recordar a nuestros difuntos y rezar por ellos es una forma de esperar ese definitivo encuentro cuando a nosotros nos toque atravesar los umbrales de esta vida que nos posibilita entrar en la eternidad o presencia de Dios.
Todo lo desconocido infunde respeto o miedo y es lo que pasa con este tema, pero sucede que nosotros tenemos la Palabra de Jesús que está en el Padre y que nos ha dicho que quiere que estemos con El. Se ha ido a prepararnos sitio. Por tanto, esto es un tema de fe, esperanza y paciencia.
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