Dice el texto de hoy que un amo deja a los empleados sus bienes y se va de viaje. El texto está dirigido a los discípulos. Parece como si Jesús se retratara en el. Es lo que hará, dejará a los suyos, a los que tiene con El, su riqueza, para que la hagan fructificar, con la promesa de volver.
Es un texto donde hay una clara amonestación frente a la pereza, la indolencia, el no tomarse en serio eso de estar al servicio del Señor y dejar pasar el tiempo sin hacer nada y lo peor: por miedo al amo que se ha fiado de ellos, esa es la excusa que da el criado. No se pone manos a la obra, no da, como se suele decir, "palo al agua". Deja que los demás hagan, el no hace nada, aun teniendo posibilidades de ello.

Es hechado fuera, porque es que al amo no le sirve un empelado así. Bueno, en realidad es el mismo criado quien se excluye al no tomar en serio el encargo que se le ha hecho.
Trayendo todo esto a la vida de la Iglesia, a nuestra vida cristiana, ya podemos ir sacando conclusiones.Se nos encomienda una tarea y de ella hemos de responder, se ponen en nuestras manos dones y posibilidades y hay que hacerlos fructificar. Se fían de nosotros, se nos invita al riego. La respuesta puede ser una u otra y la consecuencia va a ser la lógica según nuestro actuar. No se nos va a pedir nada que no podamos hacer. El amo bien sabe hasta donde podemos llegar, por eso da a cada uno según sus posibilidades. Eso sí, pedirá cuentas según lo que nos ha confiado. ¿ De qué se trata ? Se trata de que nosotros nos pongamos manos a la obra haciendo poco o mucho, lo que sea, pero haciendo algo. Lo que se le reprocha al criado no es que no ganara mucho dinero, sino que no hizo absolutamente nada. Por ahí van los tiros. Por ahí es por donde también nosotros, hemos de responder.
Feliz día del Señor.
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