sábado, 8 de septiembre de 2012

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

 PARA SOÑAR CON CAMINOS NUEVOS
 En el texto del Evangelio de esta semana nos encontramos con Jesús que anda por tierra de paganos: Tiro, Sidón, La Decàpolis. Según los entendidos también existía un pequeño extracto social de Judíos. Jesús atraviesa esta región camino del lago de Galilea y en este caminar es cuando le presentaron a un sordo que apenas puede hablar. 
Decir que es también en esta región donde cura  a la hija de la sirofenicia que le insistía y de la cual Jesús alaba su fe, después de un diálogo breve pero duro.
Le presentan a un sordo, se nos dice y Jesús, haciendo un gesto que raya en lo ritual le mete los dedos en los oídos y con su saliba, le toca la lengua, ora al Padre, suspira y exclama: ¡ ábrete! ( Effetá). Al momento, nos dice Marcos, se le abrieron los oídos y se le soltó la lengua.
Jesús está en tierra fundamentalmente de paganos donde seguro que el anuncio de la Buena Noticia ya ha llegado, pero donde no ha sido aceptado, escuchado. No ha sido oído. Donde la palabra de Dios no conmueve los corazones y despierta la esperanza. En esa tierra de paganos El hace presente el amor, la misericordia y el perdón de Dios. También el Reino de Dios es para ellos.
El texto nos dice que El, apartándolo de la gente a un lado, accede a la petición que le han hecho y con su saliba le toca la lengua.
Es todo un ritual lo que Jesús lleva a cabo con este hombre. Es como una nueva creación. Es como un hacerle de nuevo pues no ha tenido hasta ahora la oportunidad de oír la Buena Noticia, no porque el no quisiera oírla, sino porque su deficiencia se lo impedía. Jesús allana el camino para que pueda oír, y para que pueda contar lo que le ha sucedido en este encuentro tan especial y personal con el Maestro.
En tierra de paganos Jesús hace presente el Reino de Dios posibilitando que la Palabra pueda se oída y dicha. Este puede ser el resumen de todo lo expuesto. 
La conclusión para nosotros, sus seguidores, la veo de esta forma:
También nosotros hoy andamos en un mundo muchas veces hostil a la Palabra, por muchas causas que ahora no vamos a analizar y hemos de dejarnos conducir por El ( lo apartó de la gente). Hemos de dejarnos abrir los oídos por El.  Hemos de dejar que su saliba toque nuestra lengua.
Todo esto sucedió camino del Lago de Galilea donde le esperaba un horizonte de azul y verde que le hacían soñar y que le empujaba ha hacer caminos nuevos. También nosotros hemos de ser soñadores de nuevos caminos que nos lleven en nombre del Galileo al encuentro de tantos y tantos que quieren oír y no pueden o desean hablar y no se les permite, o necesitan un encuentro especial con el Maestro y nadie se lo facilita.
No podemos olvidar la parte de utopía que  conlleva ser seguidores de Cristo, para poder seguir soñando con un mundo mejor.

FELIZ DÍA DEL SEÑOR.   

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