sábado, 20 de marzo de 2010

V DOMINGO DE CUARESMA

Entramos con este Domingo en el quinto de Cuaresma.
En la primera lectura el profeta Isaías se encarga de recordarle al pueblo lo que el Señor-Yavé hizo por ellos cuando andaban por el desierto buscando una tierra, un lugar para vivir. Y es esta síntesis la que me obliga a zambullirme de lleno en el texto del Evangelio -San Juan- en donde Jesús levanta de la tierra A LA MUJER ACUSADA , DESTERRADA, SIN PATRIA, SIN MARIDO, OPRIMIDA Y HUMILLADA, invitándole a empezar de nuevo. Ha hacer su éxodo particular; ha salir de la situación en la que se encuentra. Y digo que el texto de Isaís me zambulle de lleno en este otro porque me parece que es una situación parecida: si el Señor- Yave, sacó al pueblo de la esclavitud y le protegió en su andadura, ahora es Jesús quien ayuda a esta mujer a romper sus cadenas y animarla a andar por el desierto en el que se ha convertido su vida, para poder alcanzar la plenitud como mujer: le ayuda y la empuja a ser mujer con toda dignidad, solamente con un breve diálogo: "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más".
San Pablo en la segunda lectura, que es de la carta a los de Filipos, también habla de caminar, de alcanzar meta, de ganar premio. El también hubo de hacer su éxodo particular y si a la mujer del evangelio la levanto de la tierra a éste, a Pablo, lo tiró por tierra. Tanto el uno como la otra debían hacer su propia andadura.
También Jesús está haciendo la suya y ya se encuentra en la última etapa: Jerusalén, donde dará testimonio del Padre y el Padre lo hará también en su favor.
La Cuaresma es nuestro éxodo comunitario que nos debe llevar al particular, al propio, en donde seremos levantados de la tierra o tirados por los suelos; de forma metafórica, claro.Tanto lo uno como lo otro habla de la gracia de Dios que quiere ayudarnos a encontrarnos con nosotros. De la apuesta que sigue haciendo por cada uno. Y es que Dios sigue actuando la liberación. ¡¡No la dejemos escapar!!
¡Feliz Domingo!

1 comentario:

victor manuel dijo...

El Señor también me perdonado a mí. Yo me convertí en una persona soberbia y Dios me ha llevado de la mano por el camino que me conduce a El, a saber, por la senda de la humildad.La Oración me ha hecho muy bien y ahora estoy volviendo al Sendeo que nunca debí abandonar y se me están habriendo unas puertas que creí cerradas. Gracias don Jose por la acogida. Que Dios le sigua bendiciendo.