
Es un refrán muy usado al que solemos recurrir siempre que llega la estación, pero con lo que está pasando últimamente yo ya no se si la sangre la altera solo la primavera o hay otros elementos que hace que los hombres vivamos con miedo y alterados, - las espectativas son negras mirando lo que pasa, no se si a ustedes que leen esto, les pasa igual - y con la sangre a flor de piel. Me refiero a la crisis económica que nos trae a mal traer y que nos ha puesto sobre la mesa cuatro millones y medio de parados y no se le ve salida; a lo de Marruecos con el Sahara donde se han violado los derechos de las personas y nadie dice nada ( me refiero a ningún país que la gente si que lo decimos ) y aquí paz y en el cielo gloria; a la matanza y persecución de los cristianos en países de Oriente; a lo último, la rencilla entre las dos Coreas (todavía no me atrevo a llamarlo guerra ); a... no saber que va a ser de nuestras vidas mañana. Si, mañana mismo.
Esta tarde en la catequesis que he tenido con los padres, bueno, las madres, hay que decir la verdad, y no todas, solo fue un pequeño grupo, refleccionábamos sobre todo esto, esa fue la catequesis: ¿ Qué podemos hacer? Conclusión: muy poco. Nos desborda, pero si podemos orar, orar y orar sin descanso.
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