
el calor en la palabra.
Que no nos falte, Señor,
la ternura en la mirada.
Que no nos falte el amor,
porque si el amor nos falta
la palabra queda hueca
y perdida la mirada.
Si un hombre llama
un día a tu puerta,
que nunca falten
palabras de comprensión.
Tender la mano,
ser agua fresca,
si el peregrino
ha perdido ruta y bordón.
Que no nos falte el amor,
que no nos falte el amor.
José Rodríguez.
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