DOMINGO QUINTO DE CUARESMA. CICLO A. Jn. 11.1-45
" ¿ CREES ESTO ? "En los domingos precedentes hemos ido pasando por el agua - la samaritana- y por la luz- el ciego de nacimiento. Hoy nos toca pararnos ante la tumba de Lázaro. Éste amigo de Jesús que había fallecido y al cual El saca de la oscuridad de la muerte devolviéndole a su familia y a sus amigos.
Leyendo el texto no deja de llamar la atención cómo Jesús, cuando le avisan, retrasa su ida a Betania, que era donde vivía Lázaro. Su conmoverse ante el dolor de las hermanas y su llorar ante la tumba. Mención especial merece el diálogo que mantiene con la hermana, Marta, a quien arranca una profesión de fe en medio del dolor y la oscuridad y por último, la misma oración que El hace ante la tumba del amigo.

El tema está en que, no sé porque, no terminamos de creer en el poder de Dios manifestado en Jesús. Proclamamos y cantamos la fuerza de Dios, la misma resurrección de Jesús (dentro de unos días lo haremos) pero, ¿ nos lo creemos de verdad ? ¿ Creemos que Dios nos resucitará ? ¿ Creemos y esperamos que la fuerza del Señor, cuando concluya esta nuestra vida, nos resucitará como hizo con Jesús y de la cual la de Lázaro es ya un anticipo?
El diálogo de Marta con el Maestro, como ella le llama, es lo central del relato. El hecho de devolver a Lázaro a la vida es, digamos, la ocasión para que Jesús manifieste su unión con el Padre, la intimidad con El. A su vez, deja bien explicito dos cosas: la solidaridad de Dios con el dolor o angustia que el hombre puede sufrir ante este hecho - lloró ante la tumba de su amigo - y lo que Dios quiere para la vida, para nuestra vida , para la vida del hombre, para toda vida. Esto sobre pasa todo proyecto humano. Es impresionante.
Sigue aún resonando en el aire el dialogo de Jesús con aquella mujer, Marta, dolida y aturdida por el hecho de perder a su hermano, al igual que sigue resonando en el aire, para nosotros hoy. La misma pregunta que El le hizo a ella es la que nos hace a nosotros: "¿Crees esto ?" Sabemos lo que ella respondió.
Pero, ¿ y nosotros ? ¿Cual es nuestra respuesta ?
Feliz día del Señor.
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