¡BENDITA SEA TU PUREZA!
Así empieza una oración que aprendí de niño, que aún sigo rezando ya pasada mi juventud y enseño en la catequesis.
Sí, bendita sea su pureza porque el Señor lo ha querido así para hacerse hombre entre nosotros, tomar y redimir toda nuestra condición, elevarnos y darnos la gran oportunidad de nuestra vida: ser su hijos.
Celebramos un gran misterio de amor y fidelidad hecho realidad en María. Fue necesario que Ella colaborara, que Ella estuviera pendiente de la Palabra de Dios y la aceptara con toda humildad; es lo que debemos hacer nosotros hoy, lo que debe hacer la Iglesia también, aunque no entendamos, aunque no veamos, aunque se nos haga muy cuesta arriba.
El Señor nos ha dado y nos seguirá dando pruebas en la oscuridad y nos conducirá por caminos que nos lleven a entender lo que hemos de hacer en cada momento, como hizo con María.
Y la salvación, como nos viene diciendo Isaías, llegará a todos los rincones de la tierra y la creación será nueva y se romperán todos los antagonismos, porque el Príncipe de la Paz habita entre nosotros.
Por medio de una mujer: María, se coló en el mundo y por medio de nosotros quiere seguir estando presente en este momento nuestro. Ahora nos toca a nosotros decir : "Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Amén.
¡Feliz Fiesta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario