
Es la fiesta de Los Santos que no están en los altares. Es la fiesta de San Maestro de escuela, Santa Madre abnegada, San Abuelo ejemplar, San Amigo fiel y tantos otros que han pasado por nuestra vida dejando rastro y huella de Dios.
Es la fiesta del recuerdo cariñoso, de la oración sentida y aprendida, en muchos casos con alguno de ellos, allá cuando eramos chiquillos y sólo queriamos jugar.
Me invita y recuerda que aquí no está todo lo que se nos ha dado, que hay que mirar al futuro, más allá de nuestro pequeño horizonte, a veces tan comprimido por preocupaciones, anhelos e ilusiones en el que con mucha frecuencia no damos cabida a la ilusión de encontrarnos con Dios como decia Santa Teresa cuando escribe aquello de: "Vivo sin vivir en mi, que tan alta vida espero, que muero porque no muero".
¡Feliz día de los Santos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario