
A veces pensaba en ellos y siempre me decía: "No sé si yo sería capaz de soportar tal situación". Pedí al Señor que les ayudara y no les faltara el ánimo y también por los que se empeñaron en no apagar la vela de la esperanza.
Con la alegría en el corazón reflexioné si no sería posible hacer lo mismo con las guerras, el hambre en el mundo, la explotación, la economía, el maltrato a los débiles, etc. Yo creo que sí. Que si todos nos empeñáramos y pusiéramos cada uno lo que sabe para erradicar tanto dolor innecesario llegaríamos a conseguirlo. Es cuestión de intentarlo. El dicho que dice: "si se quiere se puede" hace realidad el éxito de esta empresa de la mina de San José. Y si ha sido válido para eso, creo que también lo será para eliminar o por lo menos mitigar tanto desastre innecesario como hay en el mundo y que es provocado por el hombre.
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