EL PATRÓN DE LOS BIBLIOTECARIOS

El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución por el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
Como víctimas de las persecuciones de Valeriano destacan los Papas San Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago, decapitado en el Norte de África. Diáconos como Agapito, o el popular San Lorenzo.
Nacido en Huesca, en la Hispania Tarraconensis,
En el 257 Sixto II fue nombrado papa, Lorenzo fue ordenado diácono, y encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor es considerado uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, y es el patrón de los bibliotecarios.
Ante la ocasión que se nos presenta no nos resistimos de invocar a San Lorenzo ( ya que le hemos hecho entender de libros) este paisano nuestro, para que nos ayude con la formación permanente y sobre todo con la lectura de las Sagradas Escrituras.
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