La efemerides que celebra hoy la Iglesia es de todos conocida, sabemos lo que le pasó al Bautista y quien maquinó para que le fuera cortada la cabeza por mantenerse en el poder.
Herodes se vió atrapado en sus mismas palabras por aquellos que le adulaban, que se aprovechaban de la situación y por los que hacían lo posible por mantener el estatus que junto a el habían alcanzado. Ello se concreta en la figura de Herodías, la mujer de su hermano que convivía con el. También vemos como se utiliza la inocencia en la figura de la hija de Herodias, la cual le pregunta a su madre qué le puede pedir al rey como gratificación por haber bailado. La respuesta no se hizo esperar: la cabeza del Bautista. Pensaba que, como dice el dicho popular,: "Muerto el perro se acabó la rabia". Había que tapar la boca que denunciaba la injusticia, la represión, el adulterio, el mal ejemplo y el aprovechamiento personal sin pensar en los demás. Había que eliminar este incordio y en cuanto se presentó la ocasión, así se hizo.Todo esto me lleva a pensar en los momentos actuales en que vive el mundo de hoy y nuestra sociedad, que tampoco se escapa de ello. Cómo se repite la historia, cómo existen tiranos que usando del poder, piensan que solo es y se debe hacer, lo que ellos dicen y nada más, y con ellos, el coro de descontentos que son utilizados y manejados con falsas promesas.
Los que han llegado al poder, democráticamente, por supuesto, parece no les importa pervertirse y manejan los hilos del enredo, la confusión y el malestar sin pensar que la democracia es así, hoy estás tu y mañana estará el otro, es el pueblo el que decide. Hay que controlar todo esto para no vernos en la calle, piensan, en cuanto huelen que es posible no continuar en el situación que le ha colocado la sociedad. Viven con miedo porque saben que esa poltrona es efímera, pero van ha hacer todo lo posible por mantenerse en ella, van ha hacer todo lo que sea necesario sin pararse ni ante Dios, ni ante los hombres, faltaría mas.
1 comentario:
Al que molesta por proclamar la verdad y la injusticia lo quitan del medio, esa suerte la corrió también Jesús y todos los mártires. Hay otras forma de cortar la cabeza y es a saber la ridiculación y agresividad que sufrimos los cristianos al proclamar nuestra fe. No es tan radical pero es otra forma de violencia más sutil, o por lo menos con consecuencias no tan definitivas.Saludos.
Publicar un comentario