LA HISTORIA DE ALGUIEN QUE SE CUELA EN UNA COMIDA, BUSCANDO AYUDA O LA MISERICORDIA DE DIOS
En el Evangelio de esta semana Lucas nos presenta a Jesús en una comida, pero como Él (Jesús) no deja escapar una, aprovechó la ocasión que le presentó una mujer que se cuela en la fiesta -una pecadora que viene buscando el perdón- para ayudar a Simón, el fariseo, a encontrarse con el Dios de los Profetas y de los Padres, el de Jesús, desembarazado de las ataduras de la ley, la cual empañaba su verdadero rostro: el Dios que acoge a todos y perdona a todos, sea quien sea, venga de donde venga y haya hecho lo que haya hecho.
El asombro no sólo se da en Simón, sino en todos los que estaban invitados a la mesa : "Quién es éste, que hasta perdona pecados" exclamarán.
Podemos observar cómo en el fondo de sus corazones hay una lucha entre la imagen que ellos tienen de Dios y la que ofrece Jesús. Hay una lucha y una invitación por parte de Jesús a abandonar la idea de un Dios que tiene muy presente los pecados de la gente, lo cual lleva a ser apartados de la sociedad y vistos con malos ojos; y el Dios de la misericordia, que perdona y restablece desde el sencillo gesto de pedir perdón.
Jesús reivindica esto último y haciéndolo, está proponiendo una imagen nueva de Dios, está desembarazándola de las ataduras de la ley y del cumplimiento por el cumplimiento; está desterrando al Dios justiciero y castigador y proponiendo algo más liberador, detrás de esto está la imagen del Padre de la parábola del Hijo Prodigo.
Una buena lección para Simón sus invitados y también, como no, para nosotros que leemos este texto. Yo diría que doble:
1.- Salir de nuestros esquemas religiosos anquilosados y que nos ocultan la verdad de Dios.
2.-Vivir desde la misericordia de ese Dios, siendo también nosotros misericordiosos y compasivos y no pensar que yo sí que tengo derecho a Dios y los demás no.
¡Feliz fin de semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario