DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Fuego en el corazón y en las manos de la Iglesia.
El texto del Evangelio nos retrotrae al anochecer del primer día de la semana, el día del Señor, es decir, el día de la Resurrección de Jesús. En la noche, en la oscuridad, se hace la luz, luz nueva que enciende corazones, renueva esperanzas, arroja miedos por la ventana, abre puertas y el amor de Dios y su perdón son anunciados, todo por la acción y la fuerza del Espíritu Santo.

Es nuestro Pentecostés, que no solo es para nosotros, sino para el mundo de hoy, para nuestro tiempo y nosotros, que inmensa alegría y responsabilidad, testigos y anunciadores de este inmenso acontecer de Dios en la historia aunque muchos no quieran verlo o reconocerlo, pero por eso no deja está ahí y no debe dejar de ser anunciado y eso, eso nos toca a nosotros.
Feliz día de Pentecostés.
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