TERCER DOMINGO DE CUARESMA
CICLO A ( Jun. 4.5-42).
DAME DE BEBER
Este domingo el evangelista San Juan nos lleva hasta el pozo de Jacob, cerca del pueblo de Cicar, en Samaría, en donde Jesús se encuentra con la mujer que viene a buscar agua y a quien el pide de beber .Es un texto muy hermosos en donde el diálogo de Jesús con la Samaritana no nos deja indiferentes pues partiendo de la sed de Jesús, poco a poco nos va llevando a descubrir nuestra propia sed, nuestra propia necesidad que, a veces, como pasa con esta mujer, nos resistimos a reconocer. Es bueno, creo yo, que notemos cómo la mujer intenta escabullirse de su propia realidad buscando disculpas en los problemas que existen entre judíos y samaritanos. Por ultimo, apelando a que ya se pondrá todo en su sitio cuando venga el Mesías, intenta zanjar la conversación. El diálogo llega a su culmen cuando Jesús en ese momento se le declara como aquel de quien ella habla : " Soy yo, el que habla contigo" le dice, después de haberle ofrecido un agua que calmara toda su sed.
La conclusión de este encuentro es que ella ya no va a callar, lo dirá a toda la gente y lo dirá apelando a que se le ha dicho todo lo que ha hecho en su vida hasta ahora. Pero aún queda una sombra de duda: ¿ Será éste el Mesías ? .
Va a ser la experiencia compartida la que alejará todo tipo de sombras con respecto a Jesús: creemos no solo por lo que nos has dicho, sino por lo que hemos visto, le van a decir sus paisanos, que invitan a Jesús a quedarse con ellos.
Buscar el agua que apaga la sed. Dejarse interroga, aunque nos cueste. Reconocer nuestros errores. No dejar para otro momento el encuentro personal con Jesús. Hablar de lo que ha hecho en nosotros. Reconocerle como el Mesías... son un cúmulo de sugerencias que nos ofrece el texto de este domingo. Ya cada uno sabrá que es lo que debe hacer, lo mismo que ya sabemos del pozo que nos da el agua que salta hasta la vida eterna.
Feliz día del Señor
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