La motivación que hay de fondo en el texto del Evangelio de este fin de semana es esta: "
Está cerca de vosotros el Reino de Dios".
Jesús envía a los que están con Él para que vayan aprendiendo lo que significa la predicación y lo que exige: transparencia total y absoluta de que se está con Dios en todos los aspectos de la vida, tanto espirituales, como económicos o relacionales.
"Los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a dónde pensaba ir el ", se nos dice. La mejor forma de aprender a ser apóstol es haciendo apostolado después de haber escuchado y caldeado el entusiasmo con el Maestro. Les advierte.
"Mirad que os mando como corderos en medio de lobos". Quiero ver en esta frase de Jesús no sólo el que se tenga cuidado, sino una llamada a la humildad del que sabe que la tarea no es fácil, de que sólo se trata de dar testimonio de la Paz que es el consuelo de Dios, y de que el Reino ya está en medio de nosotros. Los enviados no son los dueños, sino los trabajadores de la mies que han de llevar a cabo su labor con prontitud de ánimo sabiendo que la guinda de la obra que ellos realizan no le toca colocarla a nadie más que al Señor.
Hay algo muy importante que no podemos obviar : Jesús les dice:
"rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies". La oración como catalizador de toda misión y sobre todo en esta en la que se trata de a yudar a la gente a encontrar a Dios en su vida.
Una hermosa tarea y como tal, una gran exigencia que no nos permite andar descuidados y tomárnosla a la ligera, porque, que Dios sea conocido y aceptado, depende en mucha parte de como nosotros lo vivamos y lo anunciemos.
¡Feliz domingo!
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